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Parkinson

  • ¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
  • Causas y factores de riesgo
  • Síntomas
  • La importancia de los vínculos y la familia

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

 

La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios.

Es un trastorno neurodegenerativo caracterizado por la presencia de síntomas motores como la bradicinesia (lentitud), rigidez, temblor de reposo y pérdida de los reflejos posturales.

Estos síntomas son causados por un déficit de dopamina a nivel de las neuronas.

Causas y factores de riesgo

 

Se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, pero varios factores parecen influir, como los siguientes:

  • Genes: Los investigadores han identificado cambios genéticos específicos que pueden causar la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, estas son poco comunes, salvo algunos casos en que muchos miembros de la familia tienen enfermedad de Parkinson.
  • Desencadenantes ambientales: La exposición a ciertas toxinas o factores ambientales puede aumentar el riesgo de tener la enfermedad de Parkinson en el futuro, pero el riesgo es pequeño.
  • Edad: Es poco frecuente que los adultos jóvenes tengan la enfermedad de Parkinson. Por lo general, comienza en la segunda mitad de la vida o en edad avanzada, y el riesgo aumenta a medida que envejecemos. Las personas suelen contraer la enfermedad aproximadamente a partir de los 60 años. Si una persona joven tiene enfermedad de Parkinson. El trabajo, las situaciones sociales y los efectos secundarios de los medicamentos también son diferentes de los de una persona mayor con enfermedad de Parkinson, por lo que requieren consideraciones especiales.
  • Herencia: Tener un familiar cercano con la enfermedad de Parkinson aumenta las posibilidades de padecer este trastorno.
  • Sexo: Los hombres son más propensos a tener la enfermedad de Parkinson que las mujeres.

Síntomas

 

Entre los Síntomas, pueden aparecen los motores o los no motores, entre ellos se encuentran la pérdida del olfato, la constipación, los trastornos del sueño y la depresión, que pueden aparecer inclusive varios años antes del comienzo de los síntomas motores.

Con los años pueden aparecer otros síntomas no motores como la incontinencia urinaria, el deterioro cognitivo y la aparición de alucinaciones visuales.

  • Temblores: Los temblores, o sacudidas rítmicas, generalmente comienzan en una extremidad, como la mano o los dedos.
  • Movimientos lentos (bradicinesia): Con el tiempo, la enfermedad de Parkinson puede retardar los movimientos, y hacer que las tareas simples resulten complicadas y lleven más tiempo. También es posible dar pasos más cortos al caminar o arrastrar los pies, o que resulte más difícil levantarse de una silla.
  • Rigidez muscular: La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Los músculos rígidos pueden causar dolor y limitar la amplitud de movimiento.
  • Deterioro de la postura y el equilibrio: Es posible que se adopte una postura encorvada, sufrir caídas o tener problemas de equilibrio como consecuencia de la enfermedad de Parkinson.
  • Pérdida de los movimientos automáticos: Es posible que se reduzca la capacidad para realizar movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o mover los brazos al caminar.
  • Cambios en el habla: Puede aparecer un habla suave o rápida, insultos o dudas antes de hablar. Además, el discurso puede volverse más monótono en lugar de seguir los patrones del habla habituales.
  • Cambios en la escritura: Es posible que resulte difícil escribir y la letra puede parecer pequeña.

La importancia de los vínculos y la familia

 

Tanto en esta como en cualquier otra enfermedad, es indispensable la presencia, apoyo y contención familiar o de vínculos afectivos. Recomendaciones para las Familias:

Con los años pueden aparecer otros síntomas no motores como la incontinencia urinaria, el deterioro cognitivo y la aparición de alucinaciones visuales.

  • Informarse sobre el Parkinson: Tanto en etapas iniciales como avanzadas, pueden aparecer nuevos síntomas, empeorar los ya presentes, cambios en el tratamiento, etc.
  • Seguimiento de síntomas y avance de la enfermedad: Al ser la persona con la que más tiempo pasa conviviendo, puede ser útil tener al día un diario de síntomas y de episodios que se considere que pueden ser relevantes para comunicar al neurólogo.
  • Acompañamiento a la consulta: En la relación médico-paciente el cuidador aporta otro punto de vista y, puede comentar situaciones especiales con el profesional de la medicina (por ejemplo, si por la noche sufre episodios de movimiento involuntarios o por la mañana no es capaz de moverse correctamente)
  • Control de tratamientos farmacológicos: suministrarle en los horarios establecidos, así como avisarle al neurólogo si la medicación empieza a perder su efecto.
  • Control de terapias no farmacológicas: El familiar puede acompañar la consulta de fisioterapia, terapia ocupacional, psicología, además de animarle y ayudarle a hacer los ejercicios que se recomienden hacer en casa.
  • El apoyo emocional: El cariño y la comprensión son imprescindibles para que la persona con párkinson entienda e integre correctamente las particularidades que puedan surgir debido a la enfermedad.

Fuente: Ministerio de Salud de la Nación y Fundación del Parkinson